Tienen hojas verdes, van bien en ensaladas o en jugos verdes y las mamás siempre dicen que son fuente de hierro, ¿adivinaste? No es una novedad que las espinacas son una opción saludable para cualquier persona, sin embargo, es importante que conozcas por qué las mamás y las abuelas insistían tanto en que las consumieras.
La espinaca cuyo nombre científico es Spinacea oleracea L, es un alimento rico en una gran variedad de nutrientes como vitaminas, minerales y fitoquímicos.
Algunas investigaciones han destacado su potencial como antioxidante natural. Para esto es importante recordar que los antioxidantes pueden contribuir en la prevención del daño ocasionado por los radicales libres, un ejemplo de esto es el envejecimiento prematuro debido a la exposición de rayos UV, humo del cigarro y la contaminación.
Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, cada 100 g de espinaca contienen 28.1 mg de vitamina C, lo cual representa el 34% del consumo diario recomendado para un adulto*. Más de la tercera parte, WOW!
Mientras tanto, un estudio realizado por la Universidad de Nebraska menciona que por cada 100 g de espinaca, se puede encontrar hasta 6 veces del consumo diario recomendado* de Vitamina K, necesaria para la adecuada coagulación de sangre y salud de huesos. La espinaca también posee casi 200% de vitamina A*, necesaria para el buen mantenimiento de la visión y el sistema inmunológico. ¿Puedes creerlo? Por otro lado, en el mismo estudio se menciona que en la espinaca, encontrarás el 20% del consumo diario recomendado* de magnesio, el cual estimula la motilidad intestinal, participa en la absorción del calcio, promueve la relajación muscular y contribuye a la correcta absorción de los nutrientes.
Por último, la espinaca contiene el 15% de consumo diario recomendado* de hierro, que sirve de apoyo para prevenir la anemia por deficiencia de este mineral y favorece el trasporte de oxígeno en la sangre.
Debido a todo lo que te contamos anteriormente, las espinacas son muy recomendadas por las mamás y las abuelas para fortalecer el sistema inmunológico, cuidar la visión y prevenir algunas enfermedades. Ahora ya lo sabes, ¡hazle caso a mamá y come toda tu espinaca!
Recuerda que si deseas integrar este alimento a tu dieta con un fin específico, debes de consultar a tu médico o nutriólogo para que te oriente y te proporcione tips sobre la mejor manera de hacerlo.
*Consumo diario recomendado para adultos en Estados Unidos.
Autor: Nerissa Álvarez
Revisión: Betzabe Guido
Referencias
Paz León, J. V. (2014). Elaboración y control de calidad de pan enriquecido con fibra de cutícula de tomate (Solanum lycopersicum) y espinaca (Spinacia oleracea) (Bachelor’s thesis, Escuela Superior Politécnica de Chimborazo).
Pighín, A. F. (2010). Espinaca fresca, supercongelada y en conserva: contenido de vitamina C pre y post cocción. Revista chilena de nutrición, 37(2), 201-207.
Roberts, J. L., & Moreau, R. (2016). Functional properties of spinach (Spinacia oleracea L.) phytochemicals and bioactives. Food & function, 7(8), 3337-3353.
Romero, S. & Marcos, L. (2019). Beneficios de las espinacas. Muyinteresante.es
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